Branding Symbian (3 de 5)

Nigel Clifford

Cuántos de nosotros puede nombrar los sistemas operativos que hay los móviles de LG, Nokia, Siemens, Panasonic o Sony-Ericsson? Probablemente, nadie. Sin embargo, estos sistemas operativos tienen nombre. Lo que pasa es que en el mercado de los telefonía móvil dominan las marcas de los fabricantes, no las de los sistemas operativos que habitan en sus teléfonos. Sin embargo, al otro lado del Atlántico se oye hablar a menudo de sistemas operativos para móviles como Windows Mobile o de Linux. Y, ante ello, las marcas mencionadas anteriormente no pueden oponer ningún sistema operativo. Tratándose de marcas que dominan el mercado, es una tragedia.

Si no se conocen los nombres de los sistemas operativos de cada fabricante, mucho menos cuando es el de uno externo, aunque se posea una parte de la empresa que lo desarrolla. En cualquier caso, la cuestión es, con casi 200 millones de móviles con Symbian vendidos, cómo es posible que Symbian sea una marca tan desconocida? Culpad al antiguo CEO de Symbian, David Levin, o al actual, Nigel Clifford, o al director de marketing de Symbian, Jørgen Behrens.

Symbian es una marca casi invisible. Siendo el sistema operativo para móviles líder en el mercado y con esa cantidad brutal de móviles vendidos, es casi inaudito que Symbian se conozca tan poco. Quizás Nokia, Sony-Ericsson y las demás no quieren que las sobrepase? Ni que sea así, el desconocimiento de la marca Symbian entre los usuarios finales se está convirtiendo en el mayor problema de Symbian, más que cualquier desafío tecnológico o comercial.

Además de desconocida, la marca Symbian es endiabladamente complicada (tan complicada es la marca que hay páginas en las que lo intentan explicar). Sobre ella hay complicaciones añadidas como las diferentes versiones de Symbian 7, 8, 9 (con subversiones), diferentes ediciones de cada versión, junto con cada Feature Pack para cada edición de cada versión, sin olvidar las diferentes tipologías de capa de interfaz (las series S de Nokia, S40, S60, S80, el MOAP de NTT DoCoM o o las UIQ de Sony-Ericsson); éstas aún añaden más complejidad y oscuridad a una marca ya de por sí poco luminosa. En cambio, la gente sabe cuando tiene un móvil con Windows Mobile sin mayores complejidades ni necesidad de saber más. En el mejor de los casos, si un usuario de Symbian sabe algo de su sistema operativo, sabe que es S60 o UIQ antes de que es Symbian. Por si esto fuera poco, submarcas como la de Series 60 o S60 añaden aún más confusión, porque a menudo los consumidores más observadores deducen que los Series 60 deben ser los modelos de móvil de Nokia cuyo nombre empieza por 6, cuando muchos de ellos no llevan Symbian.

Sea como sea, cuanto más avance el mercado y los móviles de gama entry-level y mid-market empiecen a incorporar funcionalidades de smartphone alimentadas por Symbian, más necesario será que la marca sea conocida y reconocida. Los usuarios deberían querer que el móvil lleve Symbian igual que quieren que su portátil lleve Windows. Querrán que si el móvil de sus amigos es Symbian, que el suyo también lo sea para poder compartir fácilmente y sin complicaciones redes, conexiones, documentos, aplicaciones, archivos. Si no es así, la gente pedirá instintivamente que su móvil sea Windows, que es la marca que más confianza e interoperabilidad les inspira ante el desconocimiento absoluto.

En el tercer cuatro de 2007, se vendieron 20 millones de móviles con Symbian. Ese mismo trimestre se vendieron 10 millones de iPods y sólo 1 millón de iPhones. Sin embargo, el buzz y la notoriedad de marca del iPod o del iPhone son decenas de veces superiores al de Symbian. Algo está fallando con el marketing de Symbian.

Symbian necesita branding. El mercado tiene que querer que su móvil lleve Symbian, que tenga la misma reacción que la que se tiene cuando se ve una pegatina de “Intel inside”. “Symbian inside” tiene que ser algo deseable, persuasivo y sobre todo, cool – algo que te haga sentir orgulloso. Symbian debe pasar de ser una marca OEM a una marca de consumo, una marca doméstica. Y los fabricantes no deben tener miedo de que la marca Symbian les supere. Cuanto más atrayente sea Symbian, más móviles y servicios para móviles van a poder vender ellos.

Symbian es muy poco conocido; o da un golpe de estado antes de que sea demasiado tarde y se proclama a sí mismo como el sistema operativo para móviles por excelencia, y lo anuncia a bombo y platillo y sin paliativos ni complejos, o corre el riesgo de que los iPhones, Androids, Linux y Windows le vayan comiendo terreno. Y en 2008 y 2009, los años de la explosión del internet en el móvil, no hacerlo puede ser definitivo. A nivel de ruido, tanto el iPhone y el Android le están sacando ya una ventaja abismal. Y ya se sabe que lo que hace que una tecnología gane no es un conjunto de características superiores, sino un mejor marketing. Y la carrera que encumbrará a las 4 o 5 marcas (no habrá más) de sistemas operativos para móviles ya ha empezado.

Que nadie dude que antes pronto que tarde llegará el día en que la elección del sistema operativo del móvil se convierta en la principal decisión en la elección de compra. Cuando llegue, en Symbian pero también en Nokia y en los demás propietarios de Symbian se tirarán de los pelos por no haber hecho branding de Symbian. ¡Si sólo hubieran puesto una pantalla de bienvenida con una musiquita distintiva cada vez que se encendiera un móvil con Symbian! Ahora Symbian sería una de las marcas más conocidas del mundo. Al igual que hacen Windows, Mac o Linux cuando se enciende el ordenador. En los móviles, tanto Windows Mobile como el famoso iPhone también lo hacen y seguramente también lo harán los móviles que lleven Google Android.